d’agost 18, 2008

Robert Capa - Fotoperiodista


Robert Capa en 1934

La plasticidad es asombrosa. Puede percibirse el silencio atormentado por los disparos de fusiles y obuses. Puede escucharse el postrer grito de alguien que en ese momento, como dice la canción, está viendo pasar delante de sus ojos “como un film, toda su vida”. Se puede adivinar el último pensamiento dirigido a una madre, o un hermano, o una novia… da igual. Es el último pensamiento La imagen golpea, arremete, impresiona, molesta, duele. Es el arquetipo de la “fotografía en el momento justo” que apasiona a tantos Taringueros. Pero cuando Robert Capa la tomó no existían las máquinas fotográficas digitales, ni mucho menos el photoshop.
Durante la sangrienta Guerra Civil Española, quien fue inscripto como Andrei Friedmann en el Registro Civil de Budapest en el año 1913, entre varias miles, obtuvo una imagen que sintetiza todo el horror de un conflicto armado.


La toma fue en el Cerro Muriano, en el Frente de Córdoba, en 1936

Es que Robert Capa tenía la capacidad de estar dónde estaba la acción de verdad. El prestigio internacional le llegó sobre todo a partir de sus reportajes sobre la guerra civil española, pero también durante la Segunda Guerra Mundial (que tuvo su ojo sagaz desde China al Norte de África y -muy especialmente- durante el desembarco de Normandía. Allí donde había tole-tole viajaba Robert con su camarita.
Al contrario de lo que sería lógico pensar, Robert Capa despreciaba la guerra y esperaba, mediante sus imágenes, movilizar a otros para luchar por la paz. Ofrecía su punto de vista antibélico y humanista no sólo con sus célebres fotografías de soldados en combate, sino también a partir de secuencias innovadoras y foto-narrativas adaptadas de modo ideal a las exitosas revistas ilustradas de los años treinta y cuarenta del siglo pasado.
Entiéndase la cosa en su total dimensión. Por aquel entonces, la fotografía periodística era la primera imagen de la historia. El cine llegaba tarde y a la tele recién sería algo más o menos popular en los 50.
Como cronista de guerra, bien puede afirmarse que Capa persiguió a la muerte en cuanto conflicto bélico que tuvo este planeta en las décadas de 1930, 1940 y 1950. En cada uno de ellos registró la violencia de los enfrentamientos armados, pero también el dolor, el miedo, la angustia, el amor, la solidaridad, el heroísmo, la vileza, la vida cotidiana de todos aquellos que quedaban atrapados por la guerra.
Tanto persiguió a la muerte, que ésta lo sorprendió en 1954, cuando pisó una mina en Indochina. Allí murió Robert Capa. Allí nació también su leyenda, que se proyecta hasta nuestros días, cuando algunos de los rostros de sus fotos se decidieron a hablar. Cuando muchas fotos que se creían pedidas decidieron salir a la luz.




Huston Hu Riley, de 86 años en la actualidad, ha sido identificado en el 2007 como el protagonista de la imagen que, con un valor a prueba de bomba, tomó el famoso fotógrafo de guerra mientras nadaba hacia la orilla de la playa de Omaha [una de las del desembarco del Día D] el 6 de junio de 1944, formando parte de la primera oleada de la invasión de Normandía. La desdibujada imagen en blanco y negro inspiró las primeras escenas de 'Salvar al soldado Ryan', la película de Steven Spielberg sobre la II Guerra Mundial.



Asimismo, en enero de este año, y tras un peregrinaje de casi 70 años, fueron descubiertas en México unas cajas con más de tres mil negativos de la Guerra Civil Española, tomados en su mayoría por Robert Capa.
A continuación, y cerrando este breve informe, la noticia publicada por la edición digital de El Periódico de Catalunya.

Las fotos perdidas de Robert Capa pasaron 68 años ocultas en México
El Santo Grial de la fotografía. Así define Brian Wallis, director del Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, las imágenes de la guerra civil española perdidas por Robert Capa en 1940. EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y The New York Times publican hoy por primera vez algunas de estas instantáneas. El escritor Juan Villoro, colaborador de este diario, pudo ver este tesoro antes de que saliese de México y explica su historia.
Robert Capa aceptaba perder en el juego a cambio de ganar en el amor. Vivió con la intensidad de un apostador compulsivo. En 1954, a los 40 años, tomó en Vietnam su última fotografía y fue arrastrado por la metralla. Su excepcional trato con la fortuna había terminado. En esa carrera marcada por el peligro, salvar el pellejo nunca fue tan importante como salvar los negativos.
En 1940, tres cajas con 127 rollos de la guerra civil española llegaron a manos del general mexicano Francisco Javier Aguilar González, que era diplomático en Francia. No se sabe quién se las confió. México había dado asilo a los republicanos españoles y se aprestaba a recibir prófugos de la segunda guerra mundial. El general ayudaba a recuperar objetos perdidos en el naufragio de la historia. Alguien juzgó que debía hacerse cargo de los negativos tomados en España por Gerda Taro, David Seymour (Chim) y Robert Capa.
Durante casi 70 años las cajas sufrieron los avatares del exilio. Los especialistas las dieron por perdidas. En el 2001 Richard Whelan publicó Robert Capa. The Definitive Collection. El archivo del fotógrafo parecía cerrado. Whelan murió a fines del 2007. Su correo electrónico tenía un mensaje que no llegó a leer. Provenía de México y lo enviaba la curadora y cineasta Trisha Ziff. Algo insólito había ocurrido: tras 70 años, más de 3.000 negativos, muchos de ellos de Capa, volvían a la luz.



Robert Capa filmando


Gerda Taro, amante de Capa, durmiendo


Pablo Picasso y Francoise Gilot - 1948


Alarma de bombardeo - España


Soldado Republicano muerto mientras colocaba cables telefónicos - España


Aviador norteamericano - Segunda Guerra Mundial


Guerra Civil Española


Una mujer leyendo la carta enviada desde el frente de batalla por su hijo


Huyendo de la guerra


Soldados norteamericanos reciben el saludo y un trago de parte de un anciano campesino francés


Un oficial alemán pensativo


Desembarco de Normandía


Una muerte más


El frente de una casa madrileña muestra las consecuencias de la batalla. Los niños conversan


Un socorrista consuela a una anciana


Retrato


Una anciana camina junto a un tanque abandonado

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada